martes, 22 de mayo de 2007

VIII - Adela

Acostumbrarse a la vida en la casa del pueblo fue maravilloso, ya no habia que acarrear el agua de la bomba que estaba en medio del campo, esos pesados baldes la ponían de mal humor cuando su padre a los gritos le decia que quería lavarse...todo su universo era limpiar, lavar los trastos, barrer el piso, a sus escasos 14 años el horizonte se reducía al patio de la casa y a veces a la iglesia del pueblo, sentía su vida tan miserable como aburrida, maldecía haber nacido mujer, veia como su madre envejecía sirviendo a sus dos hombres como decia...preparando la quinta para obtener alguna verdura, cocinar, lavar...llegar a la n0che cansada, las manos doloridas y la piel cada vez más ajada por las inclemencias del tiempo...su espejo era su madre. Y había decidido no terminar como ella, desde su pronta pubertad poco a poco había vislumbrado un futuro diferente y haría todo lo necesario para obtenerlo.
Después de los primeros días, el tio Roberto había dejado de ser ese personaje áspero que la miraba con indiferencia, veía a ese hombre como alguien refinado, poco era lo que podía comparar, solo con su padre y su hermano pero el hecho de que la tratara amablemente era para sentirse una princesa...descubrió a su tío observándola más de una vez cuando junto a su madre hacían las tareas de la casa...el confort y la mejor comida fueron dándole a su cuerpito desgarbado y flaco las formas de una muchachita en flor. Federico seguía peleándola hasta hacerla rabiar, más cuando dijo que quería aprender a leer y escribir, se burlaba de ella, su madre bajó la vista cuando Adela en medio del almuerzo lanzó su deseo de concurrir a la escuela de los grandes como le habia dicho esa chica con la que se encontraban en misa. Todo debía pasar por la aprobación del tío, ella lo sabia, su madre no tenía un céntimo y nadie la ayudaría en su proyecto, para sorpresa general Roberto estuvo de acuerdo, no era mucho gasto y era bueno que al menos aprendiera a hablar, a pesar de que le molestó lo que dijo se sintió feliz...era su primer logro.

6 comentarios:

Pesimista Necesario dijo...

Mis disculpas y explicaciones.

Juan Solo dijo...

Los primeros logros tienen no sólo el placer obvio de serlo, sino el tiempo de contemplación por todo lo que significan...

Movimiento Argenlibre dijo...
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Mauro Enrrique... dijo...

Excelente relato, hace que te imagines el lugar...
Hermoso de verdad.
Hasta siempre

El Analista dijo...

como sigueeeeee

Chela dijo...

Me gusta tus relatos, sencillos, breves,pero que mantienen el interés, que provocan la imaginación, y que la final siempre te dejan reflexionando sobre una conclusión importane.
Cada logro es un aprendizaje para el siguiente. Y así se labra el porvenir
Por cierto Susymon, estás muy guapa en la foto.
Besos desde Galicia.